El multimillonario Chuck Feeney, al fin cumplió su sueño: ser pobre. ¿Quién podría pensar que fue hasta los 89 años que lo pudo lograr? Y es que para este hombre que se dedicó a amasar fortunas, fue difícil decidir dónde poner tanto dinero y por qué era importante dárselo a tal obra caritativa y no a la otra.
En una entrevista exclusiva para la Revista Forbes, el ahora anciano sin recursos, está más feliz que nunca pues ha ayudado a miles de personas directa e indirectamente.
En las últimas cuatro décadas, Feeney ha donado 8 mil millones de dólares a diferentes organizaciones caritativas.
La mayoría de sus obras caritativas las dio anonimamente, a universidades, hospitales, fuera y dentro de Estados Unidos. Fundó una organización para operar a niños pobres.
Cuando le preguntaron por qué donaba todo su dinero, él dijo con una sonrisa "nacemos desnudos y nos vamos sin ropa".
Necesitamos más de estos héroes, que han inspirado a Warren Buffet y a Bill Gates a seguir su forma de ver el dinero, como algo que no te vas a llevar a la tumba y que es mejor compartirlo con el mundo.
A sus 89 años, Feeney vive en un dormitorio humilde, en San Francisco y está feliz con todo lo que ha podido repartir en su vida gracias a su fundación Atlantic Philanthropist